El cobro de las deudas internacionales en Rusia: Éxito en el proceso judicial contra un importador ruso.

La cuestión del recobro de deudas comerciales en Rusia ha pasado a un primer plano especialmente después de que estallara la crisis del año 2014, cuando el tipo de cambio del rublo bajó radicalmente. Al incrementarse el precio de las divisas extranjeras, los importadores rusos se encontraron con que tenían que hacer frente a unos costes con los que no contaban: abonar muchos más dólares o euros por las mercancías ya importadas pero que todavía no habían pagado. Aunque se produjeron algunos acuerdos entre los exportadores extranjeros y sus clientes rusos para reducir los precios de las mercancías o aumentar los plazos del pago, lo cierto es que en la mayoría de los casos todavía están sin pagar los artículos importados. Esto ha conllevado un importante aumento de la litigiosidad para intentar recuperar esas deudas.
Lo cierto es que los empresarios extranjeros conocen mal la legislación y el sistema judicial de Rusia y a menudo prefieren dejar sin reclamar las deudas existentes y no empezar procedimientos judiciales en nuestro país. Para los exportadores hispanos, especialmente de España y América del Sur, la situación es aun más complicada, porque no hay muchas firmas jurídicas en Rusia de habla castellana que puedan entender cuál es su problema y darles alternativas viables en su idioma.
En nuestra Firma de abogados rusos, recientemente, hemos dirigido un interesante caso en el Tribunal comercial de la Región de Tula (Rusia) que aporta soluciones eficaces al problema planteado. Los hechos son muy simples: Un productor argentino de uva fresca exportó dos contenedores a Rusia. Durante más de dos años tuvo que esperar por el pago por la mercancía exportada. Con el pretexto de que la uva tenía una calidad inadecuada, el importador ruso se negó a abonar la deuda y pasado el tiempo dejó de contestar las cartas y llamadas de reclamación. Al inicio del año 2016, la empresa argentina contactó con nosotros y empezamos a trabajar para cobrar lo debido. El importador ruso no nos contestó hasta que entablamos la demanda judicial en el Tribunal comercial de Tula, lugar en el que tiene el domicilio el importador.
Destacar que tuvimos a nuestra disposición muy poca documentación para preparar la acción judicial: no se firmó contrato entre ellos, solamente había facturas suscritas unilateralmente por el vendedor y los mensajes de Skype enviados entre las partes. Pero lo más complicado fue que el derecho aplicable en este caso era el argentino. Como no hubo acuerdo entre los litigantes sobre el tribunal competente para revisar el caso, nos vimos obligados a seguir las reglas del derecho común ruso e iniciar la acción en el tribunal comercial que corresponde al lugar del domicilio del demandado. Pese a todas las dificultades, nuestra acción forzó al importador a dialogar con nuestro cliente hasta conseguir finalmente un acuerdo amistoso de pago. Una vez aprobado éste por el Tribunal, el demandado abonó de forma inmediata la suma a nuestro cliente.
Aunque no hubo una resolución judicial, sino una transacción, lo cierto es que este caso es un importante precedente por su novedad y un servirá de modelo para todas las empresas extranjeras que se enfrentaron en los últimos años con la falta de pagos en Rusia. No hay duda que es perfectamente posible recobrar una deuda en nuestro país a través de procedimientos judiciales en los tribunales. Y la verdad es que el proceso judicial en Rusia es uno de los más rápidos de Europa, ya que es posible pasar tres instancias judiciales en un plazo máximo de un año.
Esperamos que este ejemplo incentive a los empresarios extranjeros para tomar medidas con el fin de recuperar sus deudas en Rusia ya que sus intereses realmente pueden ser protegidos de una manera eficaz.
Ahora bien, una de las conclusiones más importantes que tenemos que sacar de esta situación es que el exportador extranjero tiene que prestar un poco más de atención en la formalización de sus relaciones con los clientes rusos: hay que suscribir un contrato válido según el derecho ruso que proteja los intereses del exportador y posteriormente, documentar cada partida de la mercancía en la forma establecida por la legislación. Y todo ello con un coste muy bajo porqur los servicios jurídicos en Rusia en nuestra firma tienen el precio muy razonable. Al seguir estas simples reglas se creará un marco estable y duradero y evitará problemas de falta de pago u otras controversias con la parte rusa que de otra manera sería casi imposible de resolver.

Alexander Rodin Estudio jurídico “Rodin Vadiyan Shurygin”

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